Sobre «Rites of Spring. The Great War and the Birth of the Modern Age», de Modris Eksteins

Bertrand Rickenbacker
Gymnase de Beaulieu, Lausanne
Traducción del francés: Emilio Quintana

Dosier Modris Eksteins (Hallali, nr. 7, 2010)

    Reseña del libro Le Sacré du printemps. La Grande Guerre et la naissance de la Modernité (París, Plon, 1991), traducción francesa de Rites of Spring. The Great War and the Birth of the Modern Age", de Modris Eksteins. Publicada en la revista Résister et Construire. Bulletin de combat et de reconstruction chrétienne, nr. 47-48 (noviembre-diciembre 2000, pp. 61s).

3637028016_c1526885c3_mEste libro se propone rehacer la historia de la Primera Guerra Mundial poniendo en evidencia la relación existente entre dicho período histórico y el advenimiento de la Modernidad. La tesis principal del autor es que «la Gran Guerra se convirtió en el eje en torno al que ha venido girando el mundo moderno» (p, 278) ya que los cuatro años de guerra provocaron profundas modificaciones tanto en las sociedades occidentales como en las conciencias individuales. Los puntos de referencia de las sociedades tradicionales no lograron resistier a las tensiones de esta primera guerra total; además, la desproporción entre sacrificios consentidos y beneficios obetenidos (incluso entre los vencedores) conducirá a la generalización de modos de pensamiento modernos. En el último capítulo, el autor se esfuerza por mostrar que el advenimiento de estos nuevos modos de pensamiento y vida facilitaron la ascensión del nazismo y, por tanto, prepararon el terreno a la Segunda Guerra Mundial.

La originalidad de esta obra no reside, sin embargo, en esta idea general, por interesante que sea, sino más bien en dos tesis inhabituales que merecen toda la atención del lector. La primera tesis se resume en esta cita:

La noción de vanguardia (nota del reseñista: intelectual o artística) tiene connotaciones positivas, mientras que la visión de un ejército en campaña horroriza. Pero acaso haya entre ambas expresiones una relación de parentesco que vaya más allá de su común origen militar. La introspección, el primitivismo, la abstracción y la fabricación de mitos se dan tanto en las artes como en la política«. (p. 12)

Tomando como base numerosas fuentes históricas, tanto artísticas como políticas, el autor muestra que el desencadenamiento y desarrollo de las dos guerras mundiales tiene más relación con una introduccón de las tesis vanguardistas y modernistas que con un resurgimiento de antiguas barbaries.

La segunda tesis original del autor es que Alemania, elemento motor en el desencadenamiento de las dos guerras mundiales, no era, como se ha pretendido a menudo, una nación atrasada (con respecto a los otros países occidentales), sino todo lo contrario, una nación en primera línea del modernismo, de la Modernidad. El autor basa su tesis principalmente en una comparación detallada entre los sistemas de valores dominantes a principios del siglo XX en Inglaterra y en Alemania. De esta comparación resulta que Inglaterra se percibe a sí misma como garante de los valores del pasado que han hecho la grandeza de Occidente, mientras que Alemania tiende a encarnar la lucha por el advenimiento de un mundo nuevo, en absoluto ajeno al que reclaman por entonces las vanguardias intelectuales y artísticas.

Rites of Spring no es una obra sin defectos (contiene algunos errores históricos, así como cierta tendencia a la generalización abusiva), pero tiene el mérito fundamental de hacer reflexionar al lector sobre conceptos como modernismo, vanguardia, Modernidad. Estos conceptos se encuentran todavía hoy muy a menudo con un prejuicio favorable que no merecen. Es indespensable, para un cristiano, tener la capacidad de distanciarse de lo que representan estos conceptos, bajo pena de traicionar la visión bíblica de la realidad. Al mostrar que la Modernidad, lejos de encarnar el advenimiento del Bien y la Sabiduría, es igualmente portadora de barbarie, el libro de Eksteins ayuda al lector a alejarse de ese ídolo mayor de nuestro tiempo: el culto a lo nuevo. Nos abre de este modo la vía a una lectura cristiana consecuente y coherente de este mundo que es el nuestro.

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